El agua es un recurso natural indispensable, directamente ligado a la vida, la producción de energía y el desarrollo económico. Sin embargo, el crecimiento poblacional, junto con fenómenos como sequías e inundaciones en distintas regiones, está incrementando la presión sobre la disponibilidad de agua limpia. Esta situación no solo impacta a la industria de producción de agua potable, sino también a la infraestructura de tratamiento de aguas residuales.
En los próximos años, la purificación del agua se consolidará como uno de los grandes desafíos globales. Al ser un recurso limitado, los debates giran en torno a la contaminación de fuentes hídricas, la reutilización y protección del agua, la implementación de nuevas normativas gubernamentales y la necesidad de inversión en proyectos de infraestructura. Este escenario ya está transformando los métodos de tratamiento existentes y, con ello, la demanda de válvulas y equipos asociados.
Crecimiento de la demanda
El aumento de la población y la urbanización son factores críticos para la industria del agua. Según proyecciones de Naciones Unidas, la demanda mundial de agua crecerá un 40% hacia 2030, y para 2050 cerca del 70% de la población vivirá en áreas urbanas, lo que incrementará aún más el consumo. Países como China e India enfrentarán retos particularmente complejos debido a la combinación de recursos hídricos limitados, fuerte crecimiento poblacional y acelerado desarrollo industrial.
En este contexto, el tratamiento y la reutilización de aguas residuales se vuelven imprescindibles, impulsando al sector de la purificación a convertirse en uno de los de mayor crecimiento en la próxima década.
Modernización de la infraestructura
La creciente demanda global está impulsando la modernización y expansión de las tecnologías de tratamiento. Procesos como la desalinización, ultrafiltración y microfiltración requieren equipos auxiliares —válvulas, bombas y tuberías— cada vez más sofisticados.
A medida que aumentan las capacidades de las plantas, también lo hacen las dimensiones de válvulas y tuberías. Por ejemplo, las válvulas de compuerta, que tradicionalmente llegaban hasta 64 pulgadas, hoy ya se fabrican en versiones especiales de hasta 108 pulgadas para aplicaciones de gran escala.
Complejidad del proceso
El tratamiento de aguas residuales e industriales para convertirlas en agua apta para consumo es un procedimiento complejo, que exige múltiples etapas de control. En cada una de ellas se emplean diferentes tipos de válvulas para regular y dirigir el flujo:
- Válvulas de compuerta: para manejar grandes volúmenes de agua.
- Válvulas de cuchilla, tapón, mariposa, bola y retención, además de válvulas de control (globo y mariposa): utilizadas en estaciones de desinfección, clasificadores, desarenadores y otras fases del proceso.
Soluciones confiables
En este escenario, los actuadores y válvulas TORK ofrecen alternativas seguras y eficientes:
- Actuadores neumáticos de doble efecto con pares entre 9 Nm y 5162 Nm.
- Actuadores neumáticos de simple efecto con rangos de 10 Nm a 3121 Nm, que además garantizan seguridad en caso de pérdida de energía.
- Actuadores eléctricos TORK, desarrollados localmente, con pares de 40 Nm a 3000 Nm, disponibles en versiones 24VDC y 220VAC.
- Control proporcional de válvulas mariposa mediante señal 4-20 mA, con opciones de posicionadores electro-neumáticos (TORK-EPR) o unidades de control proporcional (PCU).
La industria del agua enfrenta una demanda creciente de válvulas de mayor tamaño y capacidad, capaces de responder a plantas cada vez más grandes y exigentes. Para adaptarse a este mercado en constante evolución, los fabricantes deben ampliar su portafolio hacia productos de gran escala e incorporar diseños que reduzcan pérdidas por fugas o contaminación, garantizando así procesos más sostenibles y eficientes.
